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Aluminio Real, una PyME familiar de Villa Bosch enfocada en la integración y la especialización

  • cidem7
  • 19 ago
  • 3 Min. de lectura

Su conductor, Sergio Fedele, repasa los inicios de la empresa, evalúa su presente y comparte las distintas estrategias que adoptaron para sostenerse por más de medio siglo.


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Como sucede con muchas empresas de la zona, Aluminio Real comenzó en el fondo de una casa en el que improvisaron un taller. Ahí, Domingo Fedele, que trabajaba como telefónico y tenía el oficio de tornero de repusaje, dedicaba su tiempo libre a fabricar cacerolas, sartenes, jarros y pizzeras.


“Fue un accidente, mi papá no tenía la idea de desarrollar una fábrica”, recapitula Sergio sobre aquellos años. Corría la década del setenta, una época muy convulsionada para el país, aunque el espíritu emprendedor de Domingo se mantuvo incólume.


“Empezó todo de manera muy artesanal”, continúa el industrial. Hasta que en el año 1991 incorporaron tecnología de Brasil, lo que representó un quiebre para la empresa: pudieron diversificarse y mejorar sus procesos.


“Viajamos allá y vimos que se podía producir de otra manera, con prensa y torno automático. Cambiamos la tecnología y las maquinarias y nos largamos a hacer cosas nuevas”, indica.


Como relata, Aluminio Real trabaja con dos grandes líneas de productos: hogar y gastronomía. Sus principales clientes son bazares familiares, pero también tienen ferreterías, algunos supermercados zonales y bazares gastronómicos que atienden a restaurantes y hoteles. Sergio comenta que lo que es la línea gastronómica está en expansión y que están redoblando sus esfuerzos en ese tipo de productos. “Diez años atrás, el de hogar compraba solo hogar y lo que está pasando ahora es que el bazar tradicional y la ferretería están comprando gastronomía”, asegura.


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Por eso, a los artículos que ya tienen, que estima en más de 300, sumaron piezas de fundición como recipientes para dips, platitos, parrillas pequeñas para servir la clásica parrillada y provoleteras. Además, cuenta que para completar su oferta incorporaron utensilios de cocina que traen de afuera. “Por primera vez en la historia, y aggiornándonos a la nueva música que nos ponen los gobiernos de turno, nos convertimos en los únicos representantes en Argentina de una fábrica de cubiertos de Brasil que se llama Martinazzo”, describe.


Para Sergio, lo que diferencia a Aluminio Real de la competencia es la variedad de productos y la relación precio/calidad que tienen.  Así y todo, opina que la volatilidad de la política industrial y comercial que caracteriza a nuestro país plantea desafíos constantes. “Los gobiernos acá son pendulares,  un día cerramos la importación,  otro día la abrimos y conseguir materia prima muchas veces se hace difícil”, se sincera.


En relación a los insumos, se movieron rápido para encontrar una solución. “Nos integramos con Laminación Paulista, una empresa que maneja mi hermano Norberto y que surgió de una fusión con gente de Brasil. Es una PyME que tiene mucha más tecnología y produce la materia prima para nosotros y para terceros. No tiene marca en la calle, pero es la que apalanca y respalda en gran parte a Aluminio Real”,  señala.


Sobre los planes hacia adelante, Fedele dice que es fundamental seguir invirtiendo en tecnología y que de cara a la competencia externa hay que adoptar nuevas estrategias. “Cualquiera sabe que no estamos competitivos con los precios internacionales. Quizás en tecnología no estemos tan lejos, pero si se va a abrir indiscriminadamente la importación, para poder competir con China o con Brasil tenemos que especializarnos en nichos”, reflexiona.


Sergio Fedele, industrial PyME a cargo de Aluminio Real.
Sergio Fedele, industrial PyME a cargo de Aluminio Real.

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