top of page
Buscar

Marmoreo: innovación y trabajo familiar desde Villa Lynch

  • cidem7
  • 12 nov
  • 3 Min. de lectura

La PyME se reinventó combinando tradición, diseño y tecnología. De los comienzos a pulmón a la colaboración con la UNTREF, la historia de Sergio Molina y su familia muestra cómo la innovación también se construye desde el oficio y el trabajo cotidiano.


ree

Por casi cuatro décadas, Sergio Molina ha sido el motor detrás de Marmoreo, una PyME de Villa Lynch dedicada a la fabricación de mesadas y muebles para baño, la más antigua del rubro en Argentina. Su historia combina esfuerzo, innovación y una fuerte identidad familiar, valores que le permitieron sostenerse en un mercado cada vez más competitivo.


“Los inicios fueron muy duros —recuerda Molina—. Compraba material en baldes de 20 kilos y los traía en colectivo. La clave para mantenernos fue siempre la calidad y el cumplimiento con los clientes: tratar de ser una solución y no un problema”. Esa filosofía fue el cimiento sobre el cual construyó su empresa, que hoy emplea a siete personas, además de sus tres hijos y un yerno, todos involucrados en distintas áreas de producción, ventas y diseño.


Durante años, Marmoreo se especializó en la producción de mesadas para mayoristas. Pero la pandemia de 2020 marcó un nuevo rumbo. “El primer día de la cuarentena armé yo solo en la fábrica el primer mueble de baño hecho por nosotros. Desde ese momento empezó a cambiar la historia. Pasamos de fabricar para otros a llegar directamente a los negocios”, cuenta Molina. A partir de entonces, la empresa diversificó su línea de productos y se consolidó en el rubro con una propuesta propia.


Hoy, Marmoreo produce entre 350 y 400 muebles por mes, además de unas 440 mesadas, todas de alta calidad y con un diseño distintivo. “No tenemos mucha gente, pero sí una gran producción, y eso creo que fue lo que nos ayudó a llegar hasta acá”, destaca su fundador. La fábrica se distingue por su capacidad de innovación constante: “Sacamos entre cinco y siete modelos nuevos por año, algo poco común en el sector. Hay productos que llevamos meses desarrollando antes de lanzarlos. Una cosa es copiar, y otra muy distinta es crear”, señala.


El área de matricería —a cargo de su yerno— es el núcleo de la innovación en la empresa. Desde allí se diseñan y fabrican los moldes que permiten desarrollar nuevos modelos con líneas y terminaciones cada vez más complejas. Esta capacidad creativa se traduce en productos difíciles de replicar por la competencia, uno de los diferenciales más valorados de la firma.


En cuanto a su red comercial, Molina explica que Marmoreo trabaja con múltiples clientes en todo el país, pero busca no depender de ninguno en particular: “Tratamos de que ningún cliente represente un porcentaje muy alto de nuestra producción. No es lindo decirlo, pero es real: depender demasiado de un solo comprador puede ser lo peor que te pase”. Entre los nombres destacados menciona a Spazios, Sani Centro y Nuciari.

 


Con un pie en la universidad


El vínculo con la UNTREF llegó por una vía inesperada: su hija Daiana, estudiante de la Licenciatura en Administración de Empresas. “Ella está terminando la carrera y, a través suyo, conocimos la universidad. Los alumnos vinieron a visitar la fábrica como parte de una materia y se abrió una oportunidad enorme”, cuenta Molina. La materia a la que se refiere el conductor de Marmoreo es el Seminario de Integración, un espacio totalmente novedoso impulsado por el CIDEM en el que los estudiantes del último año de la carrera visitan empresas y conocen las capacidades tecnológicas de la universidad. De ese contacto surgió un proyecto conjunto con el Laboratorio de Innovación y Fabricación Digital de UNTREF, que le permitió a la PyME de Villa Lynch acceder a tecnologías avanzadas de matricería.


“La universidad tiene máquinas muy modernas que nos facilitan el desarrollo de productos difíciles de hacer a mano, con líneas, cortes y profundidades imposibles de lograr sin ese equipamiento. Con su ayuda, reducimos tiempos de seis meses a apenas unas semanas”, explica. Gracias a esta articulación, Marmoreo amplió su capacidad de diseño y aceleró sus procesos de innovación.


Para Molina, la experiencia con la UNTREF fue reveladora. "Yo hace 40 años que estoy en esto y los conocí de casualidad, pero creo que pueden ser muy importantes para las PyMEs con ganas de crecer. Te suben el techo de tu empresa de una forma impresionante. Hay una gran capacidad en la universidad para facilitarte las cosas”, afirma.


Impresoras 3D del Laboratorio de Innovación y Fabricación Digital de UNTREF que permiten el prototipado rápido.
Impresoras 3D del Laboratorio de Innovación y Fabricación Digital de UNTREF que permiten el prototipado rápido.

La historia de Marmoreo sintetiza el valor de la perseverancia y la fuerza de los lazos familiares, pero también muestra cómo la articulación entre universidad y empresa puede abrir nuevos horizontes para la innovación y el desarrollo productivo local.



2 comentarios


Maximiliano Molina
Maximiliano Molina
02 dic

Que bueno que las pymes puedan aplicar herramientas, tecnología y conocimientos de profesionales. !!!

Me gusta

Maurus
Maurus
02 dic

Conozco y doy fe que sus productos son de primera. Abrazo.

Me gusta
bottom of page