UNTREF y la CNEA patentan un novedoso dispositivo para medir la calidad del aire

Desarrollado por el Grupo AeroMat de la UNTREF, el sensor permite monitorear con precisión los niveles de dióxido de carbono y optimizar la ventilación en ambientes e industrias. Nacido durante la pandemia, hoy proyecta múltiples aplicaciones en el campo productivo y ambiental.

Durante los meses más críticos de la pandemia de COVID-19, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) transformó una necesidad sanitaria urgente en una oportunidad de innovación. El desarrollo, llevado adelante por el Grupo de Investigación AeroMat, nacido en la UNTREF e integrado por investigadores de la carrera de Ingeniería Ambiental y del Centro de Estudios de Energías Renovables, bajo la coordinación del Dr. Lucio Ponzoni, consistió en un novedoso dispositivo para la medición de la calidad del aire, recientemente patentado por ambas instituciones.

El proyecto nació con el propósito de prevenir contagios en espacios con poca ventilación, aprovechando que la concentración de CO₂ funciona como un indicador directo del aire exhalado por las personas. “Sabíamos que el CO₂ podía darnos una medida indirecta del riesgo en interiores, pero hacía falta un dispositivo confiable, accesible y que ofreciera lecturas precisas sin depender del lugar donde se ubicara”, explica Ponzoni.

El sensor diseñado por el equipo combina una novedosa tecnología de flujo forzado basada en el efecto Venturi, lo que le permite obtener una medición representativa de la calidad del aire ambiental. Gracias a este principio, el sistema logra respuestas casi instantáneas y con una eficiencia superior a la de otros sensores del mercado, incluso aquellos de costo significativamente mayor.  Esta innovación soluciona una limitación habitual de los sensores tradicionales, ya que el dióxido de carbono —al ser más denso que el aire— tiende a concentrarse cerca del suelo, afectando la exactitud de las lecturas.

“El objetivo era que el dispositivo pudiera integrarse fácilmente en cualquier espacio y ofrecer información confiable en tiempo real, algo esencial no solo para la salud sino también para la eficiencia energética y los procesos industriales”, agrega el coordinador de AeroMat.

El sistema cuenta con alarmas visuales y sonoras que se activan cuando los niveles de CO₂ superan los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (1000 ppm), lo que permite tomar decisiones rápidas sobre ventilación o renovación del aire.

Otro aspecto distintivo del desarrollo es su fabricación mediante impresión 3D con materiales biodegradables, lo que garantiza un bajo costo y un diseño sustentable. “Queríamos que fuera escalable y reproducible, sin depender de insumos importados ni procesos costosos”, señala Ponzoni.

Tras su patentamiento, el sensor se proyecta hacia un amplio rango de usos industriales: control de fermentaciones, monitoreo de procesos de combustión, gestión de ventilación en plantas fabriles y sistemas de eficiencia energética, entre otros.

Con este desarrollo, la UNTREF suma una nueva patente de la mano de la ingeniería pensando en soluciones tecnológicas que generan innovación. De hecho, hubo otras innovaciones impulsadas por el Grupo AeroMat durante la pandemia, entre ellas la válvula Venturi y el videolaringoscopio impreso en 3D, dispositivos que también fueron patentados y utilizados en hospitales de todo el país. En todos los casos, las patentes fueron gestionadas por la Oficina de Propiedad Intelectual de la UNTREF.

“Desde que iniciamos el Grupo de Investigación AeroMat en la UNTREF, trabajamos bajo una lógica de innovación social, en la que la ciencia aplicada tiene un impacto directo en la sociedad. Esa fue y sigue siendo nuestra motivación, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a una universidad pública comprometida con el desarrollo y el bienestar colectivo”, concluye el Dr. Ponzoni.