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Cómo cuidar al personal de las industrias de los altos niveles de ruido

  • cidem7
  • 12 may
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 26 may

La exposición a sonidos fuertes en las empresas acarrea distintos problemas de salud para los trabajadores. Andrés Piegari, referente del Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido de UNTREF, comenta los principales riesgos y de qué manera prevenirlos.



Andrés Piegari es graduado de Ingeniería de Sonido, docente en la misma carrera y referente del Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido (CISTAS) de la UNTREF,  y no duda en señalar que “los problemas de ruido suelen ser subestimados”. Una primera dificultad radica en que la mente humana opera mayormente haciendo que la persona se adapte al entorno. “De manera inconsciente, tu cerebro va a buscar que no percibas el ruido cuando este tiene características estables o cuando es estacionario. Pero tu sistema auditivo funciona de otra manera, sí lo está recibiendo y eso lo está dañando”, advierte.


Además, sostiene que esos daños son irreversibles. “La audición tiene una gran desventaja: no es capaz de regenerarse. Nosotros tenemos en el oído interno unos pelitos, unas células llamadas cilios, que si se rompen por exposición a ruidos fuertes perdemos la audición”.


Según Andrés, lo correcto entonces es hablar de dosis de ruido, porque ahí también entra a jugar la dimensión temporal. “Si hablamos de márgenes seguros tenemos que referirnos a dosis de ruido. En cierta forma, tu oído puede recibir 100 decibeles y no tener problemas, lo decisivo es la cantidad de tiempo que te sometes a esa presión sonora”.


Uno de los dispositivos tecnológicos para medir los niveles de ruido en las empresas son los sonómetros
Uno de los dispositivos tecnológicos para medir los niveles de ruido en las empresas son los sonómetros

En tal sentido, el experto evoca la Ley Nacional 19.587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo que rige en Argentina, la cual establece que ningún trabajador que desempeñe una jornada laboral de ocho horas puede recibir una dosis de ruido superior a los 85 dBA (decibeles A), ya que eso comprometerá su salud.


Las afecciones provocadas por ruido


Consultado por los problemas de salud asociados al ruido, Piegari explica que en el plano auditivo lo más común son las hipoacusias.


“La pérdida de audición se llama hipoacusia, que puede ser temporal o permanente. La hipoacusia temporal es cuando se modifican los umbrales de audición pero al tiempo esos umbrales se recuperan. En cambio, con la exposición prolongada al ruido ya se pasa a tener hipoacusias permanentes”, señala.


Y dice que el primer indicador de estas afecciones se da en el campo del habla. “El primer daño se da en las zonas de frecuencia que nos ayudan a entender la palabra. Entonces las primeras complicaciones son de comunicación, la persona escucha pero no comprende lo que le están diciendo”, ilustra.


Luego pueden aparecer los zumbidos, los llamados tinnitus, que de acuerdo al especialista, son cuadros más complejos. “Una pérdida de audición hoy por hoy se puede tratar con un audífono, en cambio el tinnitus es más difícil de tratar porque cuesta encontrar la causa exacta, dónde se ubica dentro de toda la cadena del sistema auditivo”,  afirma.


Pero más allá de lo que sucede con la audición, Andrés también cita otras complicaciones de salud que surgen en contextos laborales ruidosos como estrés, problemas cardiovasculares, respiratorios y de presión arterial.


Andrés Piegari, ingeniero de sonido e integrante del CISTAS,  es uno de los expertos que tiene la universidad en problemáticas de ruido.
Andrés Piegari, ingeniero de sonido e integrante del CISTAS, es uno de los expertos que tiene la universidad en problemáticas de ruido.

Formas de resolver la contaminación sonora en las empresas


Para Piegari,  lo primero que tienen que hacer las empresas es confeccionar un mapa de ruido. “Un mapa de ruido te deja parametrizar, sectorizar o entender cuáles son los áreas dentro de la fábrica en las cuales las personas están expuestas a distintos niveles de presión sonora”, indica.


Aunque se puede dar por supuesto que en los sectores donde hay maquinarias la presión sonora es mayor que en otros destinados a controles o tareas administrativas, las divisiones no siempre son tan tajantes. “A medida que van creciendo, algunas fábricas van poniendo sus oficinas arriba de un sector donde, por ejemplo, puede haber un balancín, y las personas muchas veces te dicen ‘yo no estoy operando las máquinas pero el ruido que hay acá es tremendo’. Lo que pasa es que el ruido viaja mejor a través de los pisos, techos y paredes que por el aire”, aclara el experto.


Si los niveles de ruido que hay en el espacio de trabajo son superiores a los 85 dBA, hay tres caminos posibles: se puede intentar reducir el nivel de ruido que emite esa fuente, apelar a los protectores auditivos para los empleados o reducir su jornada laboral.


En cuanto a la primera opción, Andrés apunta que hay que convocar a un especialista con el herramental tecnológico acorde. “Si bien la ciencia de la audición casi no cambió en lo que es su base teórica, lo que evolucionó muchísimo son las tecnologías para procesar las señales acústicas que se miden”, subraya el entrevistado.


Una tecnología que representa muy bien ese progreso es la cámara acústica, y el único laboratorio que lo tiene en Argentina, al menos para estudios más exhaustivos, es el CISTAS. “En nuestro caso es un equipo de alta complejidad que lleva 112 micrófonos y una cámara que va conectado a una computadora con un software especial, y lo que hace fundamentalmente es combinar mediciones de audio con imágenes”, refiere.


La tecnología más precisa para conocer la intensidad de una fuente de ruido es la cámara acústica, que funciona con un software especial.
La tecnología más precisa para conocer la intensidad de una fuente de ruido es la cámara acústica, que funciona con un software especial.

Piegari sostiene que esta tecnología tiene distintas aplicaciones en la industria. Si en la planta de producción hay una maquinaria que emite ruido, lo que va a posibilitar la cámara acústica es detectar con exactitud de qué parte de la maquinaria salen las mayores intensidades sonoras. “Con una foto yo puedo ver dónde está la mayor fuente sonora. Si es en un rodamiento o correa se va a ver en un rojo más intenso, mientras que las zonas de alrededor se verán en azul, que significa menos intensidad. De esta forma podemos objetivamente ver el sonido y la intensidad, y así dar con la solución correcta, que será cambiar tal o cual componente”, grafica.


Pero también, la cámara acústica puede ser muy útil para hacer mantenimientos predictivos o ensayos no destructivos de maquinarias complejas o costosas. “Con esta tecnología se puede hacer un relevamiento actual de este tipo de máquinas y se puede guardar ese patrón de comportamiento, para después de cinco años volver a medir y comparar. Así, uno puede anticiparse a los problemas y evitar paradas en los procesos productivos”, se explaya.


Como comparte, el CISTAS tiene ésta y otras tecnologías como sonómetros y acelerómetros clase 1, que son los de mayor precisión, al igual que equipos para calibrar este tipo de herramientas, entre muchas otras. 


Mientras no sea posible bajar el nivel de ruido de la fuente, una segunda opción es el uso de protectores por parte de los trabajadores. Consultado por cuáles son los más recomendables, Andrés acota que depende mucho de la actividad de la empresa.


Hay varios tipos de protectores, los más extendidos en la industria son los tapones, que se introducen dentro del canal auditivo, y luego están los llamados circumaurales, que tienen forma de auricular y se apoyan por fuera de la oreja. A veces, el ruido es tan alto que se tienen que usar los dos juntos.


“Para situaciones más críticas lo recomendable son los protectores de cancelación de ruido activo. Lo que tienen de diferente es que vienen con un micrófono por fuera de los auriculares que mide el ruido, y lo que hacen es introducir en el auricular el mismo tipo de ruido pero en dirección contraria. Es como una cinchada, cuando vos tirás para un lado y el otro tira para el otro, la soga se queda quieta”, metaforiza.


De todos modos, es clave reparar en el tipo de ruido. “No es lo mismo estar expuesto al ruido de una turbina de avión que a un balancín, que es un ruido más de impacto. Quizás para el operario que está expuesto a un ruido muy impulsivo, los protectores de cancelación de ruido activo no le hagan efecto. Sin embargo, para un trabajador de un aeropuerto pueden ser más efectivos”, agrega.


En todo caso, lo que más resalta Piegari es que con estos temas no es conveniente improvisar. “La prevención es la única herramienta viable para estas problemáticas. Insisto en que no deberían desmerecerse los problemas de ruido porque una vez que se producen los daños, no hay vuelta atrás. La sugerencia es no caer en las soluciones caseras, y consultar siempre con un especialista”, asegura.


Para vincularse con este equipo de profesionales, los interesados pueden escribir al número de Whatsapp 11-25636753 o al correo electrónico cidem@untref.edu.ar.

  

 

 

 

 

 

 

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