¿Cómo aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial en PyMES?
- cidem7
- 19 abr 2024
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 20 may 2024
El especialista en software de automatización y docente de la UNTREF, Luis Argerich, reflexiona sobre el gran potencial que tiene el uso de estos sistemas inteligentes en empresas de pequeña y mediana escala. También analiza de qué manera implementarlos, sus costos y sus impactos en el empleo.

Para Luis Argerich, docente investigador de Ingeniería en Computación de nuestra universidad y responsable del equipo de Machine Learning para Prevención de Fraude en Mercado Libre, los sistemas de inteligencia artificial (IA) están al alcance de cualquier PyME y pueden reportarles muchos beneficios.
En diálogo con el CIDEM, derriba mitos sobre la complejidad en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías y su carácter oneroso, además de presentar una perspectiva optimista sobre las amenazas que representan para al trabajo humano.
“Llamamos inteligencia artificial a las piezas de software que se comportan como se comportaría un ser humano o incluso mejor en determinado tipo de tareas”, resume desde un plano más conceptual.
Consultado sobre los sectores de las PyMES en los cuales pueden tener un buen rendimiento, Luis sostiene que “en todo lo que es automatización, de una punta a otra de la cadena, las posibilidades son enormes”.
Por ejemplo, en la parte de producción indica que hay inteligencias artificiales de alta eficiencia para el seguimiento de las condiciones de los motores de las máquinas. “Hay sistemas que pueden monitorear muchas variables al mismo tiempo, te calculan la probabilidad de que algo falle o no y en base a eso tomar una acción”, dice. De acuerdo con él, estos sistemas permiten ir más allá de lo que un humano controlaría porque una persona, al ver que la temperatura del motor sube puede cortar el funcionamiento de la máquina, en cambio una IA sabe que si la temperatura sube y el aceite no está tan caliente eso no amerita parar la producción. “Y esto lo sabe porque analizó un montón de casos en el pasado bajo las mismas condiciones en donde no ocurrió nada. Lo que hace la IA es un forecast, un pronóstico, que es uno de sus usos más tradicionales”, ilustra.
Asimismo, Argerich agrega que las IA para procesar imágenes pueden ser de mucha utilidad. “Todo lo que es visión artificial tiene bastante potencial. Lo que implica reconocimiento y análisis de imágenes seguramente una IA lo va a hacer mucho más rápido que los humanos y tal vez mejor, habría que evaluarlo. Supongamos que uno tiene una pieza que salió de un proceso productivo y hay que controlar si tiene una falla. En lugar de tener una persona mirando, podés tener una camarita y un algoritmo que te ayude en ese proceso, y con eso posiblemente ganes en eficiencia”, continúa.
El especialista también se detiene en lo relativo a la gestión de clientes. “Creo que en lo que es atención al público los humanos no vamos a trabajar más en muy poco tiempo. Una IA te puede atender en cualquier horario, no se va a poner de mal humor, no te va a cortar, no tiene que irse a su casa, no está pensando en eso, entonces me parece que va a ser mucho más satisfactorio para el cliente interactuar con una IA que con un humano. Los clientes que necesitan una solución a su problema van a preferir hablar con un chatbot antes que con una persona”, grafica.
Antes de implementar estas tecnologías, la recomendación de Luis para las PyMES es entender bien las funciones que se pueden optimizar: “Si vos revisas todo tu proceso productivo y llegás a la conclusión de que está bien y es eficiente, ahí estás haciendo algo mal porque seguro hay cosas para mejorar. A la larga va a ser una desventaja contra tus competidores. En cambio si vos identificas cuáles son los lugares dónde podés poner software de automatización , las áreas en las cuales ciertas personas las podrías reemplazar por una IA y esas personas podrían hacer algo más productivo, es algo virtuoso”.

Además, subraya que se trata de una carrera: “Cuanto más rápido vayas respecto a tu competencia mejor te va a ir. Es muy importante tener velocidad y experimentar, no hay que tener miedo. Si te quedas un año pensando cuál es la mejor forma de usar IA, cuando lo tengas decidido ya va a ser tarde”.
¿Son caros y difíciles de implementar los sistemas de inteligencia artificial?
Otro punto en el que se detiene Argerich es el costo de estas tecnologías. Si bien hay una creencia extendida de que se trata de sistemas caros, él matiza el asunto. “Hay prácticamente para cualquier cosa que quieras una versión gratuita, open source. Lo que necesitas es alguien que entienda cómo trabajar con esa versión open source y que conozca las ventajas y desventajas que tiene sobre alguna alternativa comercial”, apunta.
En su análisis, hay dos caminos posibles. “Si vos no querés desarrollar nada, podés pagar y que alguien te provea todos los servicios de IA que necesitas. Esa es la solución en la que menos tenés que hacer y más tenés que pagar. Otra es armar un área propia, contratar gente que pueda hacer sus propias herramientas, o usar e intervenir herramientas gratuitas, pero tiene que haber personal que tenga conocimiento sobre eso. En este caso pagás menos e invertís en desarrollo interno. Es asunto de cada organización dónde poner el balance, en qué lugar quieren o pueden estar”, aclara.
Luis insiste en que para cada proceso es fundamental hacer un análisis de si es adecuado o no el uso de estos sistemas inteligentes, y dice que un buen modo de constatarlo es probando primero los más completos y caros. “Las soluciones más costosas a veces sirven para evaluar si podés realmente aprovechar la inteligencia artificial para lo que estás pensando, porque si esa solución que es la mejor no funciona, evidentemente no va ninguna de las demás. Pero si esa solución te sirve, podés ir a otras que están más abajo, viendo cuál es la que cubre todo lo que te hace falta y que sea acorde con lo que querés invertir”, explica.
En cuanto a si la aplicación de IA en PYMES es compleja y requiere de personal hiperespecializado, el docente investigador también lo relativiza. “Esto era así, pero está cambiando muchísimo. Hoy en día ya no precisas gente que sepa programar para crear software, vos podés crearlo con la ayuda de una inteligencia artificial que programa igual o mejor que un humano. Lo que vas a necesitar es alguien que le pueda describir a esa IA lo que buscás. La tarea se va haciendo más artística y menos puntual de escribir líneas de códigos”, remarca
Impactos en los puestos de trabajo
Sobre el dilema de si la inteligencia artificial erosiona el empleo humano, Argerich presenta una mirada particular. “Es cierto que la inteligencia artificial puede reemplazar humanos en un montón de puestos de trabajo pero al mismo tiempo genera puestos de trabajo nuevos. Las personas pasan a tener otras responsabilidades, y también con las IA requerís gente que te habilite el uso de esas tecnologías”, opina.

Lo que plantea Luis es que los sistemas de inteligencia artificial pueden tener incluso una dimensión emancipadora para las personas. “Las tareas repetitivas, las tareas donde una máquina te puede reemplazar no van a existir más, pero al mismo tiempo pienso que abre la posibilidad de que podamos hacer cosas más interesantes. Por ahí alguien que contesta a los usuarios con el mismo tipo de respuesta va a ser suplantado por una inteligencia artificial, pero esa persona puede asumir otros roles donde tenga que supervisar lo que la IA está contestando, si estuvo bien o no, actuar en los casos en los que no y tomar decisiones de más alto nivel”, ejemplifica.
En su diagnóstico, la IA está traccionando una nueva dinámica de trabajo que no tiene marcha atrás: “Me parece que hay una modificación en los puestos de trabajo que tenemos que acompañar. Ir en contra de eso no tiene ningún sentido, cualquier intento de detenerlo no va a funcionar. No se trata de descartar el capital humano, se trata de reinvertirlo de una forma más inteligente”.
El problema de fondo: errores que se pagan caro
Dicen que errar es humano, pero las máquinas también se equivocan, y cuando lo hacen, las consecuencias pueden ser demoledoras. Por eso para Argerich no se trata de hacer una defensa per se de la inteligencia artificial, sino de entender en qué aspectos pueden facilitarle la vida a los humanos.
“Una persona puede interpretar una imagen, una inteligencia artificial también lo puede hacer, y los dos cometen errores. En general la IA comete menos errores que los humanos. Lo interesante es que si bien en muchos puntos estos sistemas son más eficientes, cuando se equivocan el tipo de error suele ser más catastrófico que el de un humano”, advierte.
Argerich aporta el ejemplo de los autos autónomos con sistema de visión. “El auto autónomo puede ver un camión blanco, como sucedió en un caso, pensar que es una nube y atravesarlo. Seguramente manejamos peor que el auto autónomo porque no cumplimos las normas, hacemos maniobras peligrosas, cometemos todo tipo de imprudencias que una IA no cometería, pero ningún ser humano podría cometer ese error de confundir un camión con una nube”, enfatiza.

Argerich considera que el problema de fondo con las IA es que no tenemos control sobre la clase de errores que pueden cometer. “Son sistemas que son muy eficientes por poder de cómputo o por poder de cálculo pero en realidad no tienen la posibilidad de razonamiento que puede tener un ser humano. Lo que tiene una IA es una eficiencia mayor en tareas puntuales en las que un humano se cansa, se fatiga, comete errores, y la IA no se cansa nunca, pero en cuanto a la variante de lo que pueda pasar si se equivoca el riesgo es mayor. Ahora si vos tenés algo en lo cual tu riesgo no es muy grande, usar una IA probablemente sea una gran idea”, cierra.
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