Expertos en propiedad intelectual de UNTREF colaboran con la PyME tecnológica Machvision
- cidem7
- 9 dic 2024
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La empresa, especializada en equipos para la automatización del control de calidad de agroalimentos, trabaja con la universidad para proteger sus activos intangibles y potenciar sus negocios.

Guillermo Pensotti, CEO de Machvision, cuenta que hace unos años crearon una tecnología para la inspección de espigas de maíz. Habían concretado numerosas ventas en Argentina y el exterior cuando una importante empresa semillera de Estados Unidos decidió adquirir sus equipos. Sin embargo, justo antes de despachar las máquinas, el departamento legal de la firma norteamericana los contactó para informarles que no podían proceder con la compra por la existencia de una patente registrada en ese país.
“Me explicaron que había una patente de otra empresa semillera que, según ellos, se parecía mucho al producto que estábamos vendiendo. La realidad es que no era así. La patente describía algo teórico y muy genérico: un método que, con una cámara digital, permitía fotografiar una espiga de maíz y estimar su cantidad de granos. Estamos hablando de una patente de hace 10 años, que no se tradujo en un producto comercial. Mientras ellos patentaban su método, nosotros ya habíamos sacado nuestro equipo al mercado, pero no se nos ocurrió patentar la tecnología. Como no teníamos una patente propia para mostrar, los norteamericanos no quisieron seguir adelante, y perdimos el negocio”, recuerda Pensotti.
Esta experiencia llevó a Machvision a reevaluar la protección de sus activos intangibles. Decidieron no repetir el error y acudieron al CIDEM, un área de la universidad que los venía acompañado por más de una década y los vinculó con la Oficina de Vigilancia Tecnológica y Propiedad Intelectual de la Secretaría de Investigación y Desarrollo de UNTREF. Actualmente, esta oficina, liderada por Marcela Ricosta, les ofrece un servicio integral que incluye vigilancia tecnológica, registro de marca y el patentamiento de un equipo en desarrollo para la industria arrocera. Esta tecnología avanzada permitirá controlar todas las etapas del proceso de elaboración del arroz, desde la adquisición de la materia prima hasta el envasado.
Machvision, fundada en 1994, dispone de tres modelos de máquinas, todas basadas en la tecnología de Computer Vision, una rama de la inteligencia artificial especializada en análisis de imágenes. Dos de estos modelos se utilizan para el control de calidad de granos y semillas: uno para productos pequeños como arroz, sésamo, chía, quinoa, trigo, avena y cebada, y otro para productos más grandes como maíz, girasol y almendras. El tercer modelo está diseñado específicamente para semilleros de maíz y se usa para estimar el rendimiento.

La empresa ha evolucionado enormemente, algo que queda de manifiesto si se repara en su cartera de clientes, integrada por semilleras, cerealeras y productores de alimentos de países como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, Colombia, México, España, Francia, Italia, Sudáfrica y Estados Unidos, entre otros.
“El 70 % de nuestra facturación proviene de exportaciones, y más del 60 % está relacionado con la industria arrocera. Tenemos clientes en 27 países y recientemente colocamos nuestros primeros equipos en India, un mercado clave junto con Tailandia y China, que concentran el 90 % de la producción mundial de arroz”, comenta el empresario con entusiasmo.
Hoy en día, Machvision se dedica casi exclusivamente al diseño, desarrollo y montaje de sus equipos. Para la fabricación de componentes, cuentan con contratos con otras PyMEs argentinas que producen las piezas según sus planos y especificaciones.
“Tenemos proveedores que fabrican las partes metalmecánicas, mecanizan y anodizan piezas de aluminio, y ensamblan las placas electrónicas. En nuestra planta de Villa Crespo hacemos el montaje, cableado, calibración óptica, instalación del software, ajustes finales y despacho a los clientes”, detalla Pensotti.
Este esquema también lo implementaron en Brasil. “Brasil impone un 72 % en tasas e impuestos para importar nuestras máquinas desde Argentina, lo que nos vuelve completamente poco competitivos. Por eso, decidimos establecer una estructura de montaje allá, contratando proveedores locales para fabricar las partes menos críticas, mientras enviamos desde Argentina los componentes sensibles, como placas electrónicas y software. Las máquinas para arroz ahora se ensamblan en Brasil, y el acuerdo establece que solo pueden venderse localmente”, explica.
Para el empresario tecnológico, el mayor capital de Machvision reside en su marca, know-how y diseños. Por eso, el asesoramiento de los expertos en propiedad intelectual de UNTREF representa un paso significativo para aumentar sus ventas internacionales, explorar licencias y desarrollar nuevos modelos de negocios.
Cuando se le consulta por qué eligieron trabajar con UNTREF, Pensotti responde: “Creemos firmemente en la vinculación entre universidades y empresas. Además, lo que destaco del equipo de UNTREF es su calidad humana y técnica. Es fundamental trabajar con personas que te escuchan, te hacen sentir cómodo y te dan un buen feedback”.
El empresario también reflexiona sobre la baja cultura de patentes en Argentina: “Acá nadie inicia una invención pensando en patentarla. El costo es un factor, pero también hay mucha ignorancia sobre para qué sirve tener una patente. Yo mismo me incluyo en eso”, admite.
Por otro lado, agrega que el proceso de patentamiento es más complejo en Argentina que en países como Estados Unidos. “Allá, presentar una patente es más sencillo y no requiere de la rigurosidad que exige el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial en nuestro país”, señala.
Finalmente, Pensotti apunta que no todas las empresas necesitan enfocarse en patentes, pero las que desarrollan productos innovadores, como Machvision, deberían considerarlo. “Una patente puede llevar de seis meses a un año, y durante ese tiempo no vas a poder obtener ningún ingreso por la invención. Es una apuesta importante, pero si estás diseñando algo innovador, vale la pena. El financiamiento puede venir de otros productos o servicios”, recomienda.
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